MiguelArmando Zúñiga.- La
vuelta atrás significa reflexionar la actual situación y replantear nuevas "alternativas"
para conducir las políticas laborales con un enfoque de equidad e igualdad de
derechos; la perspectiva del problema es distinta dependiendo de
quien lo afronte: El gobierno, los empleadores, los ocupados, los desempleados
e incluso los que aún no son ni uno ni otro.
En esta gráfica observamos cómo ha ido variando el Producto Interno Bruto (PIB) a nivel mundial y por regiones (economías avanzadas y emergentes), que luego van a ser determinantes para las tasas de desempleo, participación y ocupación.
Si comparamos el desempleo por sexo, en América Latina y el Caribe, se obtuvieron resultados medianamente favorables en materia de igualdad de oportunidades, ya que la tasa de desempleo en varones disminuyó en 0,6% mientras que en las mujeres disminuyó en 0,8%, sin embargo la tasa de participación y de ocupación "no se ha movido" y aún muestran una brecha muy amplia. Por el contrario, en el Perú la situación es alarmante ya que el desempleo en varones disminuyó en 0,5% mientras que en las mujeres se incrementó en 0,4%.
Un poco de historia...regresando a las cuestiones básicas del trabajo: el origen de la jornada laboral de 8 horas:
El origen de la jornada de ocho horas laborales se inspiró en la regla benedectina. A principios del año 500, San Benito de Nursia escribio a principios del siglo VI destinada a los monjes, conocida despues domo REGULA SANCTI BENEDICTI, siendo acogida por la mayoria de los monasterios fundados durante le Eddad Media. El principal mandato "Ora et labora", que establecia un tiempo para orar, otro para trabajar y otro para descansar; este mandato se mantuvo durante siglos y se extendio a los hombres libres.
En los Estados Unidos, durante la Revolución industrial los trabajadores cumplían largas jornadas laborales de mas de 14 horas". Desde el año 1829 se estaba tratando de limitar la jornada laboral adaptando la Regla Benedictiana, es así que se formó un Movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada laboral de 8 horas. Muchos años pasaron,a pesar de la promulgación de la Ley Ingersoll en el año 1868, por el presidente Andrew Johnson, las condiciones no cambiaron mucho. En el año 1884, durante el cuarto congreso de la American Foundation of Labor se aprobó una huelga para el 1 de Mayo de 1886 si no se aprobaban leyes que limitaran a 8 horas la jornada laboral. Llegada esa fecha, y en incumplimiento de lo solicitado, se produjo la huelga de trabajadores que transcurrío sin incidentes.
En Chicago, la segunda ciudad que albergaba la mayor parte de los trabajadores y donde las condiciones laborales eran peores que en otras ciudades, la huegla se prolongó los días 2 y 3 de Mayo. El 3 de Mayo, en la fabrica Mc Cormick, la única fábrica que seguía operando, aunque estaba en huelga desde el 16 de Febrero, en una concentración en las puertas de la fábrica cuando sonó la sirena de un turno de rompehuelgas, produciéndose una pelea entre los obreros y los y los scabs ("amarillos"), interviniendo la policía y dejando 6 muertos y decenas de heridos. El 4 de Mayo se produce una concentración en la plaza Haymarket con más de 20 000 trabajadores, siendo nuevamente reprimidos por la policía, dejando una gran cantidad de muertos, entre trabajadores y policías, por lo que se declaró el Estado de sitio y toque de queda, deteniéndose a muchos trabajadores. El gobierno inició un juicio a los organizadores de las movilizaciones y tres personas fueron condenadas a prisión y cinco a muerte, una de ellas se suicidó y las otras fueron ahorcadas. A fines de Mayo de ese año, varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada laboral de 8 horas. La Segunda Internacional, organización formada por los partidos socialistas y laboralistas, en el primer congreso, en París, en el año 1889, declaró el 1 de Mayo como Día Internacional del Trabajo.
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