Hace dos semanas, el Ministerio de Salud (MINSA) ha hecho la presentación del grupo de trabajo que elaborará la Política Nacional Multisectorial de Salud. Esto ocurre luego de seis semanas en que se emitiera la Resolución N° 487-2019/MINSA, el cual creó el equipo mencionado, con el objeto de elaborar el documento que contenga la propuesta de diseño y formulación de la Política Nacional Multisectorial de Salud.
La instalación se llevó a cabo el día 11 de julio del presente, en presencia del viceministro de Salud Pública, quien preside el grupo; así como de los representantes de los ministerios de Trabajo y Promoción del Empleo, Educación, de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, de Desarrollo e Inclusión Social, Agricultura y Riego, del Ambiente, del Interior y también de Vivienda, Construcción y Saneamiento.
Este grupo tiene las siguientes funciones:
a) Llevar a cabo las actividades de la Etapa Preparatoria para el diseño y formulación de la política nacional de salud, de alcance multisectorial.
b) Presentar a la Alta Dirección del MINSA, el Plan de Trabajo y Cronograma para el diseño y formulación de la política nacional de salud, de alcance multisectorial, identificando los actores relacionados, sus roles y participación; para su conformidad.
c) Realizar las actividades del Plan de Trabajo según el cronograma.
d) Presentar el documento que contenga la propuesta de diseño y formulación de la política nacional de salud, de alcance multisectorial a la Alta Dirección del Ministerio de Salud.
Al respecto, se presentó la propuesta de cronograma de trabajo, a cargo de la Secretaría Técnica del Grupo de Trabajo Multisectorial, para llevarse a cabo a lo largo de trece semanas y que incluye las etapas de diseño y formulación de la Política Nacional Multisectorial de Salud.
El problema es -nuevamente- sobre quiénes son los participantes a elaborar este tipo de documentos que, siendo ajenos a las necesidades y demandas sanitarias de la población, no hacen sino aislar a sus cabezas de lo que realmente debe cambiarse a nivel de la conducción sanitaria, subestimando el rol de acaso los actores más importantes: la ciudadanía y los trabajadores asistenciales.
Esta situación es más crítica cuando instituciones pertenecientes a las órdenes y gremios del campo de la salud no manifiestan el justo reclamo de participar en estas plataformas, dejando de lado la oportunidad de contribuir con aportes que pueden brindarse desde estos espacios. Esto en relación a que se deben efectuar cambios profundos dentro del sistema sanitario, cuyas propuestas sean orientadas a solucionar de manera paulatina la problemática existente.
En este contexto, el sistema sanitario peruano -al igual que otros sistemas de la región- se caracteriza por una importante fragmentación y segmentación, que continúa operando de manera autónoma y sin articulación. Asimismo, existe poca integración horizontal entre sus componentes, tanto a nivel normativo como en el proceso operacional, atendiendo a poblaciones diferentes. Este diagnóstico, el cual ha sido expuesto en estudios de salud pública, no ha terminado de ser integrado a nivel de los grupos técnicos que se conforman para analizar y proponer políticas de estado como la sanitaria, esto debido a que no existe un horizonte y una continuidad definidos, y cuyas conformaciones como la establecida mediante la Resolución mencionada no garantizan en modificar sustancialmente el problema de la salud.
Cabe señalar que, de acuerdo a la misma Resolución, este grupo cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Salud (CNS) y puede solicitar la colaboración, opinión y aporte técnico de otros sectores, gobiernos regionales, gobiernos locales, y la sociedad civil, así como expertos en los temas bajo el ámbito de la salud pública, a fin de poder contribuir con la elaboración del documento.
En este sentido ¿No será momento que el MINSA, siendo ente rector, pueda tomar en cuenta las experiencias de quienes abordan el tema en el llano? esto considerando que la sociedad civil convive diariamente con estas vicisitudes, además de ser parte conformarte del CNS. De la misma manera, ¿No será oportunidad de modificar los lineamientos sanitarios a fin de realizar planes sostenibles a largo plazo? esto en relación a cómo se desenvuelve el personal de salud, testigo de las carencias y limitaciones que tiene el Sistema Nacional de Salud tanto a nivel de infraestructura, recursos y procesos. Por último ¿No debería extenderse este compromiso de cambio a aquellos entes decisores en el aspecto económico y legal? dado que, para asegurar la sostenibilidad de las propuestas, es necesario garantizar el financiamiento irrestrictio de éstas para evidenciar una mejora continua en las prestaciones de salud, así como contar el respaldo normativo debido a que es un derecho.
Queda por verse entonces si se toman en cuenta estos puntos, esto en relación a que este grupo técnico debió ser instalado el 6 de junio -según la Resolución-, y tiene como plazo el 30 de setiembre en que culminan sus funciones. Es momento de recoger las propuestas sanitarias desde más abajo y tener el criterio suficiente para redefinir sus lineamientos, ampliando sus metas y beneficios a quienes más lo necesitan.
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